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LOS RETOS SOCIALES DEL TURISMO

El coste humano de los e-desechos

 

Con el rápido progreso de la innovación tecnológica, los productos electrónicos se están volviendo obsoletos para muchos consumidores. Miles de toneladas de residuos electrónicos (ordenadores, teléfonos móviles, televisores...) se transportan a África y Asia cada año. Son los e-desechos. Parte de esta basura va a parar a Pakistán. Aunque pueda parecernos increíble, miles de personas viven de la basura electrónica. En el distrito de Lyari, en Karachi, cientos de trabajadores, incluidos niños y adolescentes, se ganan la vida desmantelando la chatarra electrónica y extrayendo de ella componentes valiosos, entre ellos el cobre para su posterior venta. Para ver como trabajan con la basura electrónica, podéis ver el reportaje de Robert Knoth en EL COSTE HUMANO DE LA BASURA ELECTRÓNICA

Es muy importante que los fabricantes de productos electrónicos cooperen para solucionar el problema de los residuos tóxicos. Se consigue mediante el reciclaje. ¿Para que necesitamos tanta innovación, tantos certificados de calidad, tantos estudios sobre el cable si al final, el proceso de consumo no está regulado con el reciclaje y lo solucionamos enviando la basura al Tercer Mundo? ¿Es este el precio de la gestión de costes? ¿El coste humano?

He adjuntado la guía Greener Electronics para que como consumidores, podáis tener acceso a la información de las empresas de material electrónico que utilizan más materiales tóxicos y las que son más Green. La reflexión pasa por buscar una triple solución para los materiales tóxicos y su reciclaje, un consumo más responsable e inteligente y una legislación más orientada a la sostenibilidad. En este link podreis acceder a información sobre la problemática de la e-waste.

 

2 comentarios

Anna -

Hola Alberto,

Es un placer tenerte por el blog. Si, un gran desafío. Es sorprendente observar como se tracta el problema. Es como si no existiera...

Hasta pronto,
Anna

Alberto Calcerrada -

Gracias por este post tan bueno. Un problema importante el de la basura tecnológica. Todo un desafío para los estados del siglo XXI